Bronca en la Finca de los Monos: polémica y dudas sobre la versión oficial
La tarde del 8 de junio, el Parque Tecnológico Finca de los Monos, en el municipio Cerro de La Habana, fue escenario de una feroz riña entre adolescentes y jóvenes de ambos sexos.
Videos del incidente que circularon en redes sociales cubanas y del exilio mostraron a muchachas casi niñas peleando con saña, algunas con armas blancas como cuchillos y machetes en mano.
Inicialmente, el periodista Humberto López, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, informó de 6 heridos. Pero una semana después, reportes de seguimiento del también periodista Lázaro Manuel Alonso («Lazarito») elevaron la cifra a 8 lesionados.
Hasta ahora, según la vicefiscal de La Habana, Yaymara Angulo González, hay varias líneas de investigación abiertas y algunos jóvenes de entre 16 y 20 años detenidos por presuntos delitos de desorden público y otros a determinar.
Profundas preocupaciones más allá de un incidente
Más allá de un conteo de heridos, la crudeza de las imágenes de violencia entre menores y la aparente magnitud del evento generaron honda preocupación en muchos cubanos, dentro y fuera de la isla, sobre el estado de instituciones fundamentales como la familia y la educación en la formación de valores de las nuevas generaciones.
Muchos se preguntaron qué había fallado para que niños que de pequeños juraban cada mañana en las escuelas ser como el Che Guevara, hoy se enfrasquen en peleas con tal ensañamiento.
El incidente abrió interrogantes incómodos sobre la eficacia del sistema educativo y el rol de la familia que van mucho más allá de señalar a «jóvenes descarriados».
¿Evento «no autorizado» vs «actividad aprobada»?
Pero quizás lo más llamativo del caso han sido las aparentes contradicciones entre la versión oficial inicial y varios elementos que han ido surgiendo.
El discurso de las autoridades y medios estatales se centró inicialmente en calificar al evento como «no autorizado» y en acusar una presunta manipulación de redes sociales para difundir falsedades como supuestas muertes.
Sin embargo, de inmediato salieron a relucir evidencias de que el evento fue previamente promocionado en varios medios, incluyendo la televisión nacional, donde Araiz Torres, directora de la empresa privada coorganizadora Klatus Creativo, lo presentó en el programa «De Tarde en Casa» junto a un representante de la Finca de los Monos.
¿Cómo un evento «no autorizado» recibe tal despliegue mediático oficial, incluyendo en la TV controlada por el estado?
Araiz Torres luego declaró en su perfil de Facebook que contaban con «promoción nacional consentida». Pero no sólo eso: Torres aseguró que «las autoridades municipales del Cerro estaban al tanto y dieron su aprobación», algo que luego sería reafirmado por Lázaro Manuel Alonso citando tanto al administrador del centro estatal como al presidente de la empresa privada.
Las dudas sobre la presencia policial y de seguridad privada
Otro punto de fricción es el de la presencia o no de fuerzas del orden.
La versión inicial de Humberto López afirmó que la policía no había sido convocada previamente y que se enteraron recién a las 4:30 pm por una llamada al 911 alertando de la reyerta en curso. Esta versión fue reafirmada por la Coronela Tania Fernández Cordero, jefa policial de La Habana.
Pero poco después, emergieron imágenes tomadas de la propia página de Facebook de la Finca de los Monos que muestran un operativo de seguridad previo aparentemente a cargo de la empresa privada Klatus Creativo, con personal uniformado e identificado.
Felipe Ferrer, jefe de seguridad de Klatus, afirmó que su personal alertó a la policía, contradiciendo que el aviso llegara de vecinos por el 911.
Todo esto siembra dudas sobre el alegado desconocimiento total del evento por parte de las autoridades.
La propia Intendente del municipio Cerro, Elena Luis Rodríguez, admitió que funcionarios de su Consejo de Administración Municipal sí conocían de la actividad, aunque argumentó que no fue aprobada «por los canales correspondientes».
Inconsistencias en el reporte de «Lazarito»
El reportaje de seguimiento del prestigioso periodista Lázaro Manuel Alonso, si bien aportó informaciones valiosas de diversas fuentes, también dejó algunas zonas grises.
Alonso citó al administrador de la Finca de los Monos y al presidente de Klatus Creativo afirmando que las autoridades municipales aprobaron la actividad, pero no les dio voz directa como sí hizo con otros entrevistados.
También llamó la atención que Alonso, célebre por buscar exhaustivamente todos los ángulos, no haya entrevistado a Araiz Torres ni a Felipe Ferrer, los primeros que públicamente en redes contradijeron la versión oficial.
¿Acaso declinaron ser entrevistados o sus declaraciones comprometían la narrativa oficial que se quería presentar?
Prensa estatal, como siempre, tarde y mal
En tiempos de internet y redes sociales donde cada vez más «nada hay oculto bajo el sol», la prensa cubana enfrenta el urgente desafío de evolucionar hacia un modelo más horizontal, independiente y transparente, pero parece difícil, a pesar de que en reuniones gremiales se habla siempre de lo mismo, año tras año.
No es un asunto de prensa o de periodismo propiamente dicho, sino de política. A los que mandan en Cuba no les interesa un periodismo que haga periodismo, sino propaganda. Es una verdad como un templo y una evidencia que muchos periodistas oficiales se niegan a reconocer.
En varios congresos de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) se ha admitido el agotamiento del actual modelo verticalista y dependiente, pero no cambia nada. Ni parece que vaya a cambiar a corto plazo.
El caso de la Finca de los Monos pone a prueba ese escaso compromiso con la transparencia. ¿Tendrá la prensa cubana la valentía de publicar los resultados completos de las investigaciones anunciadas, despejar todas las dudas y contradicciones, y asumir las responsabilidades que correspondan a cada nivel por los hechos y por cualquier intento inicial de maquillarlos?
