Crisis energética en Cuba: dependencia del combustible importado y el lento avance de las renovables
En el año 2023, Cuba experimentó un aumento significativo en sus importaciones de combustible destinadas a la generación de energía eléctrica, alcanzando un 73,5% más en comparación con el año anterior.
Este incremento fue necesario para compensar la disminución en la producción de las antiguas centrales termoeléctricas del país, que utilizan crudo nacional.
Esta información se desprende del informe anual «Electricidad en Cuba. Indicadores seleccionados 2023«, publicado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei).
El impacto de la obsolescencia de las centrales termoeléctricas
El informe revela que la generación nacional bruta de electricidad en Cuba cayó un 2,5% en 2023 respecto al año previo, situándose en 15.331,1 gigavatios hora.
Esta caída se debe principalmente al descenso en la producción de las empresas de servicio público, conformadas principalmente por las siete centrales termoeléctricas del país.
La antigüedad de estas instalaciones, algunas de las cuales llevan más de cuatro décadas en funcionamiento, y la falta de inversiones y mantenimiento adecuados, han sido factores determinantes en este declive.
En respuesta a esta situación, el país importó 4.493,8 gigavatios hora de combustible en 2023, un aumento significativo desde los 2.590,7 gigavatios hora importados en 2022.
Este combustible importado fue utilizado tanto directamente como tras su refinado en los 1.356 grupos electrógenos distribuidos por todo el territorio cubano, así como en las centrales flotantes alquiladas.
El desafío de las energías renovables
Mientras que los combustibles fósiles representaron un 96,4% del mix energético cubano en 2023, la participación de las energías renovables fue significativamente baja, alcanzando solo un 3,6%.
Esta cifra representa una caída del 6,4% en comparación con el año anterior, alejando aún más al país del objetivo de alcanzar un 24% de energía renovable para el año 2030.
En marzo de 2023, se firmaron contratos con empresas chinas para la instalación de 92 parques solares en Cuba, con la promesa de añadir más de 2.000 megavatios al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de manera paulatina.
Además, España se comprometió a apoyar la construcción de otro parque solar en la isla con ayuda de fondos de la Unión Europea. Sin embargo, la finalización de estos proyectos es un proceso lento: el primer parque solar está programado para completarse en mayo de 2025 y el segundo en mayo de 2028.
Consecuencias y retos futuros
El incremento en el consumo de electricidad en Cuba fue del 8% en 2023, impulsado por un aumento del 15,6% en la demanda estatal y un 12,2% en la demanda residencial.
Sin embargo, la pérdida de energía eléctrica durante su transmisión y distribución también aumentó, alcanzando un 8,4% interanual, lo que representó un 18,7% de la generación total de energía.
La crisis energética en Cuba se ha visto exacerbada por la escasez de combustible importado debido a la falta de divisas y problemas de distribución.
Los apagones han sido frecuentes, especialmente entre enero y marzo y desde principios de mayo, afectando negativamente el rendimiento económico y causando protestas y malestar social.
La propia Unión Eléctrica de Cuba ha reconocido que se necesitarían alrededor de 10.000 millones de dólares para reparar y modernizar las plantas eléctricas del país.
Mientras tanto, el sistema eléctrico cubano sigue enfrentando graves desafíos debido a la antigüedad de sus infraestructuras y la falta de inversiones significativas.
El panorama energético cubano en 2023 se caracterizó por una mayor dependencia del combustible importado y un insuficiente avance en la adopción de energías renovables, lo que plantea importantes retos para el futuro energético del país.
