El uso de la «flota oscura»: la estrategia de Venezuela para sortear sanciones y llevar petróleo a Cuba
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha comenzado a emplear una estrategia poco convencional para continuar suministrando petróleo a Cuba, su aliado político y comercial de larga data.
Debido a la escasez de embarcaciones estatales disponibles para cubrir la ruta entre ambos países, PDVSA ha recurrido a la utilización de tanqueros «invisibles» que operan fuera del radar, según han confirmado documentos y servicios de monitoreo de barcos a los que tuvo acceso la agencia Reuters.
Durante más de una década, el transporte de petróleo entre Venezuela y Cuba se había realizado exclusivamente mediante buques pertenecientes a ambas naciones. Sin embargo, múltiples factores han contribuido a la disminución de la flota disponible para este propósito.
Por un lado, retrasos en el mantenimiento han dejado varios barcos fuera de servicio. Además, la incorporación de México como nuevo proveedor de Cuba ha requerido el uso de algunos de los mismos tanqueros, reduciendo aún más la capacidad de transporte.
Estrategias para evadir sanciones y ocultar movimientos
La situación se torna más compleja debido a que gran parte de las flotas de Venezuela y Cuba se encuentran bajo sanciones impuestas por Estados Unidos, lo que restringe considerablemente sus operaciones.
Para sortear estas restricciones, PDVSA ha recurrido a la llamada «flota oscura» o «invisible», compuesta por tanqueros que operan con terceros, carecen de seguro en Occidente y emplean tácticas de ocultamiento.
Una de las estrategias utilizadas por estos buques es el envío de señales de ubicación falsas para encubrir sus movimientos reales.
Según datos del servicio de monitoreo TankerTrackers.com y fotografías satelitales de Planet Labs, los tanqueros alteran sus señales para simular que se encuentran en otras partes del Caribe mientras en realidad están descargando en Cuba, a menudo mediante transferencias de barco a barco.
Un ejemplo concreto de esta práctica es el caso del buque Neptune 6, con bandera de Panamá. A pesar de haber sido detectado cerca de la Bahía de Nipe en Cuba transfiriendo crudo pesado y fuel oil venezolano al barco cubano Esperanza, su transmisor ha estado indicando una ubicación al norte de Curazao desde finales de mayo, según datos de LSEG.
Impacto en el suministro de petróleo a Cuba
El uso de buques adicionales podría incrementar significativamente el volumen de petróleo venezolano que llega a Cuba.
Hasta el momento, en lo que va del año, el suministro se sitúa en torno a los 27.000 barriles por día (bpd), una cifra considerablemente menor a los 51.500 bpd registrados en el mismo período de 2023.
Este apoyo energético resulta crucial para Cuba, especialmente durante el caluroso verano cuando la demanda de electricidad, producida mayoritariamente por plantas alimentadas con petróleo, alcanza su pico máximo.
Los apagones, que antes eran eventos esporádicos, se han vuelto rutinarios en la isla debido a las limitaciones en el suministro importado y a problemas logísticos que dificultan la distribución eficiente de combustible a las envejecidas plantas de energía del país.
Descontento popular y respuesta del Gobierno cubano
La escasez de energía eléctrica y los frecuentes cortes de suministro han generado un creciente descontento entre la población cubana.
Ante esta situación, el Gobierno ha respondido con medidas represivas para contener la presión social.
Según declaraciones de funcionarios del sector energético, se están realizando trabajos de afinación y mantenimiento en las plantas generadoras de electricidad antes del pico de demanda del verano, con el objetivo de mitigar el impacto de los apagones y evitar mayores protestas.