Manuel Marrero sobre los apagones en Cuba: los cubanos no “perdemos el ánimo”
Durante una reciente visita al municipio de Gibara, en la provincia de Holguín, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, abordó el tema de los constantes apagones que afectan a gran parte de la población del país.
En su intervención, Marrero enfatizó que, a pesar de las dificultades generadas por la escasez de combustible y la crisis eléctrica, «no se pierde el ánimo».
Aseguró que el gobierno está trabajando en «soluciones alternativas» y en el desarrollo de nuevos proyectos destinados a mejorar la situación energética en Cuba.
Según Marrero, «no estamos detenidos, estamos moviéndonos» en la búsqueda de soluciones que alivien el impacto de los apagones sobre la ciudadanía.
Marrero también hizo un llamado a la población a hacer un mayor esfuerzo con los recursos disponibles, subrayando que, a pesar de las limitaciones actuales, el compromiso del pueblo cubano para superar estos desafíos sigue intacto.
Esta afirmación fue destacada por la prensa oficial como un reconocimiento a la resiliencia de los cubanos, quienes enfrentan con paciencia y esfuerzo los duros momentos por los que atraviesa el país.
El escándalo de la carne en Camagüey: corrupción, suicidio y arrestos masivosLa desconexión entre el gobierno y las realidades del pueblo
Sin embargo, las declaraciones de Marrero no fueron bien recibidas por muchos ciudadanos y sectores de la sociedad civil, quienes consideran que sus palabras minimizan la gravedad de la crisis que enfrentan.
El comentario de que «no se pierde el ánimo» ha sido interpretado como un gesto que resta importancia al sufrimiento diario de millones de cubanos, quienes se enfrentan no solo a apagones continuos, sino también a la escasez de alimentos, medicinas y servicios básicos.
Este tipo de declaraciones no solo han generado malestar en las redes sociales y entre medios independientes, sino que también han sido vistas como un reflejo de la desconexión entre el gobierno y la realidad que vive la mayoría de los cubanos.
La falta de empatía percibida en estas declaraciones ha incrementado la frustración entre la población, que siente que los líderes del país, al no sufrir las mismas carencias, no logran comprender plenamente el alcance de la crisis.
El contexto de la crisis energética en Cuba
Potencial huracán amenaza con impactar a Cuba: implicaciones y recomendacionesLa crisis energética que atraviesa Cuba no es un fenómeno reciente, pero se ha intensificado en los últimos meses debido a la falta de combustible, la insuficiente capacidad de generación eléctrica y el deterioro de la infraestructura del país.
Según informes oficiales, la mayoría de las plantas generadoras del país funcionan con tecnología obsoleta, lo que agrava la situación.
Los apagones prolongados, que pueden durar hasta 12 horas en algunas zonas, han dejado a la población en un estado de desesperación.
Además de la escasez de electricidad, Cuba enfrenta una crisis alimentaria, con una notable falta de productos básicos en los mercados.
Todo esto ha sido un caldo de cultivo para el creciente descontento social, que se ha manifestado tanto en las calles como en las plataformas digitales.
Aunque las autoridades insisten en que están buscando «soluciones creativas» y explorando «nuevos proyectos», muchos ciudadanos se muestran escépticos ante la capacidad del gobierno para revertir una situación que lleva años deteriorándose.
Peligro para Cuba: tormenta tropical Helene se forma en el Caribe noroccidentalPromesas de soluciones y unidad del pueblo
En su discurso, Marrero reafirmó la importancia de la «unidad» entre los cubanos como una herramienta clave para superar estos momentos difíciles.
«Tenemos que cuidar la unidad como la niña de nuestros ojos», subrayó, haciendo referencia a la necesidad de que la población permanezca cohesionada (y presumiblemente callada) ante las adversidades.
El gobierno ha utilizado la retórica de la unidad como un pilar fundamental de su narrativa política, sugiriendo que, a pesar de las dificultades, la fortaleza del pueblo cubano radica en su capacidad para mantenerse unido.
No obstante, esta insistencia en la unidad ha sido vista por algunos críticos como una táctica para desviar la atención de la falta de soluciones concretas por parte del gobierno.
Mientras que Marrero y otros líderes aseguran que están trabajando en proyectos para mejorar la calidad de vida de los cubanos, la realidad es que muchos ciudadanos no ven mejoras tangibles en su día a día, lo que incrementa el escepticismo hacia los anuncios gubernamentales.
La tormenta tropical Helene se fortalece: sigue el peligro para Cuba y Estados UnidosLas críticas a la postura oficial del gobierno
Las declaraciones del primer ministro también han sido objeto de críticas por parte de medios independientes, que las consideran una burla a la situación de los cubanos.
Según algunos analistas, la falta de soluciones reales y la insistencia en discursos que apelan al sacrificio y la resistencia del pueblo son estrategias que el gobierno ha utilizado durante décadas, pero que ya no convencen a gran parte de la ciudadanía.
Las redes sociales se han convertido en un espacio donde los cubanos expresan su frustración, cuestionando si los líderes del país, que no enfrentan los mismos apagones y carencias, realmente comprenden las penurias diarias de la población.
A través de publicaciones y comentarios, muchos han señalado que las declaraciones de Marrero no hacen más que perpetuar una desconexión entre los dirigentes y las necesidades reales del pueblo.
Crisis sin soluciones claras
Cubanos fuera de la Lotería de Visas 2026: causas y consecuenciasLa visita de Manuel Marrero a Gibara y sus declaraciones sobre los apagones reflejan la grave crisis que atraviesa Cuba en términos energéticos y sociales.
Aunque el gobierno insiste en que se están buscando soluciones, la creciente desconexión entre los discursos oficiales y la realidad que vive la mayoría de los cubanos ha generado descontento y desconfianza.
Mientras no se logren cambios sustanciales, el escepticismo y las críticas seguirán aumentando, especialmente en un contexto en el que los problemas estructurales de la economía y los servicios básicos continúan afectando a la población.