La paradoja azucarera de Cienfuegos: cumplen el plan pero no tienen azúcar
La provincia de Cienfuegos, ubicada en la costa sur de Cuba, se encuentra en el centro de una controversia que refleja las complejidades y contradicciones del sistema económico de la isla.
A pesar de haber sido la única provincia en superar significativamente su meta de producción de azúcar, los residentes locales enfrentan una escasez crítica de este producto básico.
Yamil Cuéllar, un ex residente de Cienfuegos, ha llevado esta paradójica situación a la atención pública a través de las redes sociales. En su publicación de Facebook, Cuéllar destaca que la provincia produjo 32.000 toneladas de azúcar durante la última zafra, superando la meta planificada (corta, eso sí) de 29.000 toneladas. Este logro posicionó a Cienfuegos como líder en la depauperada producción azucarera nacional.
Sin embargo, este «éxito» productivo no se ha traducido en beneficios tangibles para la población local. Cuéllar plantea una pregunta crucial: «¿Dónde están esas 32 mil toneladas de azúcar producidas en la provincia?». Esta interrogante pone de manifiesto la desconexión entre la producción y la distribución local, un problema que afecta directamente a los ciudadanos de Cienfuegos.
Centralización y distribución desigual
La respuesta a la pregunta de Cuéllar parece residir en las políticas de distribución centralizadas del gobierno cubano. Según informes de la emisora oficial Radio Rebelde, al menos 15.000 toneladas de azúcar producida en Cienfuegos fueron destinadas a la canasta básica de otras provincias, incluyendo La Habana, Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y la Isla de la Juventud.
Esta decisión refleja una estrategia de priorización de recursos hacia la capital y otras regiones, dejando a los propios productores sin acceso al fruto de su trabajo. Tal política ha generado frustración entre los cienfuegueros, quienes se ven obligados a buscar alternativas costosas para obtener un producto que, irónicamente, se produce en abundancia en su propia provincia.
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Ante la escasez en los canales oficiales de distribución, muchos residentes de Cienfuegos se han visto forzados a recurrir al mercado informal o a las Mipymes (Micro, Pequeñas y Medianas Empresas) que han comenzado a importar azúcar.
Estas alternativas, si bien proporcionan acceso al producto, lo hacen a precios exorbitantes. En el caso de las Mipymes, una libra de azúcar puede llegar a costar 600 pesos cubanos (CUP), un precio prohibitivo para muchas familias cubanas.
Este fenómeno subraya las crecientes desigualdades económicas en Cuba, donde el acceso a productos básicos como el azúcar se está convirtiendo en un indicador de estatus económico, contradiciendo los principios de igualdad que el gobierno cubano ha defendido históricamente.
La mala zafra de 2023-2024
La zafra azucarera que comenzó en noviembre de 2023 ha estado plagada de dificultades desde su inicio. Los problemas van desde averías en los ingenios hasta la baja calidad de la caña y un aprovechamiento deficiente de los recursos. Estos factores han contribuido a una producción de azúcar por debajo de las expectativas a nivel nacional.
Las dificultades experimentadas en esta zafra no son incidentes aislados, sino síntomas de problemas más profundos en el sector azucarero cubano. La burocracia centralizada, que ha sido una característica del sistema económico cubano durante décadas, se señala como un factor limitante significativo en el desempeño del sector.
El declive histórico de la industria azucarera cubana
Para comprender la magnitud del declive de la industria azucarera cubana, es crucial examinar su trayectoria histórica:
Entre lo digital y el efectivo: el complejo primer año de la “bancarización” a la cubana- En 1959, Cuba contaba con 156 fábricas de azúcar operativas, que en conjunto producían 5.6 millones de toneladas anuales.
- Durante su apogeo, la producción anual de Cuba llegó a alcanzar las 8 millones de toneladas, gran parte de las cuales se exportaban a la Unión Soviética.
- A principios de la década de 2000, bajo la dirección de Fidel Castro, se implementó una política de cierre de centrales azucareros, reduciendo drásticamente la capacidad productiva del país.
- En la actualidad, quedan poco más de 20 centrales activos, de los cuales solo una fracción cuenta con maquinaria modernizada capaz de ofrecer altos rendimientos.
Esta reducción dramática en la capacidad productiva ha tenido consecuencias profundas no solo para la economía cubana en general, sino también para las comunidades que dependían tradicionalmente de la industria azucarera como fuente principal de empleo e ingresos.
Implicaciones económicas y sociales
La situación actual del sector azucarero en Cuba, ejemplificada por el caso de Cienfuegos, tiene implicaciones que van más allá de la mera escasez de un producto básico. Representa un microcosmos de los desafíos más amplios que enfrenta la economía cubana en su conjunto:
- Desconexión entre producción y distribución: La incapacidad de traducir el éxito productivo en beneficios tangibles para la población local subraya las ineficiencias en el sistema de distribución centralizado.
- Creciente desigualdad económica: El acceso diferenciado al azúcar basado en la capacidad de pago en el mercado informal o a través de las Mipymes exacerba las disparidades económicas dentro de la sociedad cubana.
- Pérdida de autonomía económica local: La decisión de enviar gran parte de la producción local a otras provincias priva a las comunidades productoras de los beneficios directos de su trabajo.
- Desafíos para la seguridad alimentaria: La escasez de un producto básico como el azúcar plantea preocupaciones más amplias sobre la capacidad del país para garantizar el acceso a alimentos esenciales para toda su población.
- Impacto en la moral y la confianza pública: La frustración expresada por residentes como Yamil Cuéllar refleja un creciente descontento con las políticas económicas y de distribución del gobierno.
Perspectivas futuras y posibles soluciones
Para abordar los desafíos actuales del sector azucarero cubano y sus implicaciones más amplias, se podrían considerar varias estrategias:
- Modernización tecnológica: Invertir en la actualización de la maquinaria y los procesos en los centrales azucareros restantes para mejorar la eficiencia y el rendimiento.
- Descentralización parcial: Permitir una mayor autonomía en la toma de decisiones a nivel local en cuanto a la producción y distribución de azúcar.
- Diversificación económica: Fomentar el desarrollo de industrias alternativas en regiones tradicionalmente dependientes del azúcar para reducir la vulnerabilidad económica.
- Reforma del sistema de distribución: Implementar un sistema más equitativo y eficiente que garantice que los beneficios de la producción local se reflejen en las comunidades productoras.
- Fomento de cooperativas y Mipymes: Incentivar la participación de pequeños productores y empresas en la cadena de valor del azúcar, promoviendo la innovación y la competitividad.
La situación en Cienfuegos sirve como un llamado de atención sobre la necesidad de reformas estructurales en el sector azucarero cubano y en la economía en general. La capacidad del gobierno para abordar estos desafíos de manera efectiva será crucial para el futuro económico y social de Cuba.
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