Mujeres cubanas sin íntimas aunque los almacenes están llenos
Mientras en varias provincias del centro de Cuba como Cienfuegos, Villa Clara y Ciego de Ávila, las mujeres se quejan de la escasez de almohadillas sanitarias —popularmente conocidas como íntimas—, los almacenes en Sancti Spíritus están tan llenos que deben disminuir el ritmo productivo.
Así lo reveló un reportaje de la prensa local, donde la directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Mathisa —marca cubana de íntimas—, explicó que “en los almacenes reposan más de 432 000 paquetes, pero hasta tanto no se retiren por parte del cliente, resultará imposible continuar el ritmo productivo”.
Aunque el dato ha pasado sin penas ni glorias en el trabajo periodístico, resulta inquietante, debido a la denunciada crisis de productos de higiene femenina, que ha obligado a las cubanas a usar nuevamente retazos de tela durante la menstruación.
Los llamados “trapitos” fueron muy usados durante la crisis del Periodo Especial y han resultado un trauma para muchas familias.
Si bien el gobierno cubano garantiza un paquete de 10 íntimas de producción nacional a precios subsidiados para cada mujer en edad reproductiva, Mathisa, ha sido blanco de fuertes críticas por la insuficiente producción y la calidad de los productos y el retraso en la llegada de estos productos a la red de farmacias.
La Unidad empresarial de base Mathisa de Sancti Spíritus es una de las tres plantas del país que producen almohadillas sanitarias. La fábrica espirituana produce cada mes cerca de 72 000 paquetes de 10 almohadillas cada uno, cifra que se ha visto comprometida por tener los almacenes llenos. .
Actualmente solo es posible encontrar íntimas en las tiendas en divisas extranjeras conocidas como “tiendas en MLC”: moneda libremente convertible.
Producción de almohadillas sanitarias en Cuba
Mathisa es la empresa de materiales higiénicos sanitarios. Es la entidad encargada de producir almohadillas sanitarias para el consumo de alrededor de tres millones de mujeres cubanas.
Las otras plantas productoras de almohadillas sanitarias se ubican en La Habana y Granma.
Aunque Cuba tiene capacidad para producir almohadillas sanitarias prácticamente todas las materias primas son importadas. Llegan desde España, China, Turquía, México y República Dominicana.
Sus producciones son distribuidas a través de ENCOMED, empresa comercializadora y distribuidora de medicamentos.
Durante el 2020 la producción de íntimas en Cuba fue mínima. La demanda, constante, superó varias veces a la oferta lo que provocó la subida estrepitosa de los precios en el mercado subterráneo.
Es muy frecuente que las almohadillas entregadas por la libreta no sean suficientes para cubrir todos los días de menstruación de las cubanas.
Una almohadilla sanitaria debe ser usada por 4 horas como máximo. Es una norma de higiene que en Cuba no se aplica. Es imposible, la matemática dicta que un paquete de 10 unidades al mes resulta insuficiente para una menstruación de tres días, inclusive reponiendo la almohadilla cada 6 horas.
En el mercado informal las almohadillas sanitarias de Mathisa (producción nacional) se venden a un precio mucho mayor que el oficial. El sobrecosto puede llegar a ser 10 veces superior.
La carencia de almohadillas sanitarias ha hecho que las cubanas no valoren tanto la calidad del producto como la cantidad. Nociones como tipos específicos de almohadillas son una utopía para millones de cubanas.
A la insuficiente producción nacional se sumó en 2020 y 2021 el descenso de las importaciones informales de las mulas.
La ausencia de almohadillas en el mercado formal e informal provocó que muchas mujeres cubanas volvieran a utilizar métodos que parecían cosa del pasado: volvieron, por ejemplo, los trapos no desechables (los trapitos), un recuerdo de la crisis de los años 90 del siglo pasado.
Como alternativa las cubanas también usan el relleno de los pañales desechables (pampers).
