Día de las Madres en Cuba: origen e historia de una tradición inviolable
El Día de las Madres es una celebración que se lleva a cabo en diferentes fechas alrededor del mundo, pero que comparte un mismo objetivo: rendir homenaje a esas maravillosas mujeres que nos dieron la vida y nos han acompañado incondicionalmente.
En Cuba, esta tradición tiene una historia particular que vale la pena explorar en detalle.
Día de las madres en el mundo
Si bien la idea de honrar a las madres se remonta a la antigua Grecia, donde se rendía culto a las diosas madres, la celebración moderna del Día de las Madres tiene su origen en Estados Unidos a principios del siglo XX.
Fue en 1908 cuando Anna Jarvis, una mujer de Filadelfia, impulsó la creación de un día especial para conmemorar a las madres, motivada por la pérdida reciente de su propia madre.
Después de tres años de incansables esfuerzos, Jarvis logró que el segundo domingo de mayo de 1908 se llevara a cabo la primera celebración oficial del Día de las Madres en una ceremonia religiosa.
Durante este evento, se utilizaron claveles rojos para representar a las madres vivas y claveles blancos en honor a las madres fallecidas, una tradición que se mantiene hasta nuestros días.
La idea de celebrar el Día de las Madres rápidamente se extendió por todo Estados Unidos y, en 1914, el Congreso de ese país declaró esta fecha como una fiesta nacional.
Sin embargo, la celebración ya había traspasado fronteras y, en 1911, se festejaba en países como Canadá, Sudamérica y Japón.
Día de las madres en Cuba
En Cuba, el origen del Día de las Madres se remonta a 1920, cuando el periodista Víctor Muñoz publicó un artículo titulado “Mi Clavel Blanco” en el periódico El Mundo, aludiendo a esta celebración.
La idea fue bien recibida por los cubanos y, desde entonces, comenzaron a rendir tributo a las madres en un día especial del año.
Uno de los precursores de esta tradición en la Isla fue el maestro y escritor Francisco Montoto, quien en 1920 sugirió realizar una celebración anual para las madres en el Centro de Instrucción y Recreo de Santiago de las Vegas, un pueblo cercano a La Habana.
Con el apoyo de Muñoz y otras personalidades, se organizó el primer acto oficial en honor a las madres cubanas el 9 de mayo de 1920 en ese mismo recinto.
Aunque existen versiones alternativas sobre los orígenes de esta celebración en Cuba, lo cierto es que, a partir de 1928, el Día de las Madres se convirtió en una tradición nacional gracias a la incansable labor de Víctor Muñoz, quien logró que el Ayuntamiento de La Habana aprobara la realización de estos festejos en toda la capital.
Como parte de los homenajes, los cubanos adoptaron la costumbre de utilizar claveles rojos y blancos, al igual que en Estados Unidos, para honrar a las madres vivas y fallecidas, respectivamente.
Además, se popularizó el envío de tarjetas, dulces y diferentes tipos de regalos para agasajar a las madres en su día.
Santiago de las Vegas, cuna del Día de las Madres en Cuba
En Santiago de las Vegas, cuna de esta celebración en Cuba, se erigió un hermoso monumento en el Parque Martí en 1945, obra del escultor Plácido Crespo.
La escultura, que representa a una mujer vestida de blanco con un bebé en brazos, fue acompañada de una tarja que rendía homenaje a Francisco Montoto y su grupo de jóvenes impulsores del Día de las Madres en la Isla.
Lamentablemente, con el paso de los años, este monumento y su entorno se han deteriorado, y la tarja se ha borrado, perdiendo parte de esa valiosa historia.
Sin embargo, la escultura sigue en pie, como un símbolo imperecedero de la tradición cubana de honrar a las madres en su día especial.
Hoy en día, los cubanos continúan celebrando el Día de las Madres el segundo domingo de mayo, compartiendo comidas familiares, entregando regalos y manifestando su amor y agradecimiento a esas mujeres excepcionales que son las madres.
Esta celebración se ha convertido en una de las tradiciones más arraigadas y queridas de la cultura cubana, un recordatorio anual de la importancia de valorar y honrar el papel fundamental que desempeñan las madres en nuestras vidas.