Encuesta FIU 2024: La dualidad del exilio cubano y el embargo

Un nuevo estudio revela la compleja encrucijada que vive la comunidad cubanoamericana: un mayoritario apoyo a la continuidad del embargo estadounidense coexiste con una ayuda económica y personal sin precedentes hacia sus familiares en la isla. La más reciente encuesta de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), la «Cuba Poll 2024», pone cifras a una realidad marcada por la contradicción entre la postura política y los lazos familiares.

Un vínculo familiar que supera la política

El dato más contundente del informe es que un 66% de los más de 1.000 cubanoamericanos encuestados en el sur de la Florida tiene familiares cercanos viviendo en Cuba. Este vínculo directo con la realidad de la isla se traduce en acciones concretas que buscan aliviar la crisis.

Según la encuesta, el 52% de los participantes ha viajado a la isla, mientras que un 42% envía remesas de forma regular. Estas cifras demuestran que casi la mitad de la comunidad en el exilio está sosteniendo económicamente a sus seres queridos, convirtiéndose en un pilar fundamental para la subsistencia de muchas familias en Cuba.

La contradicción: «Mano dura» política vs. ayuda directa

A pesar de esta conexión tangible, un 55% de los encuestados afirma que apoya mantener el embargo de Estados Unidos contra el gobierno de Cuba. A primera vista, esta postura parece incompatible con el envío de ayuda que, en última instancia, introduce divisas en el país.

Esta dualidad refleja una división entre el pensamiento político y la acción familiar. Por un lado, se mantiene un rechazo al sistema político cubano, viendo el embargo como una herramienta de presión. Por otro, el corazón y la necesidad familiar impulsan a buscar cualquier vía para mitigar el sufrimiento. Esta tendencia se confirma con el masivo apoyo (72%) al Programa de Parole Humanitario, una vía legal y directa para la reunificación familiar.

El embargo: una política apoyada pero cuestionada

Quizás el hallazgo más revelador de la encuesta es la percepción sobre la efectividad del embargo. Aunque una mayoría apoya su mantenimiento, un abrumador 75% —tres de cada cuatro encuestados— cree que esta política no ha funcionado bien para lograr un cambio en Cuba.

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Esta aparente incongruencia sugiere que el apoyo al embargo podría tener un componente más simbólico que práctico. Para una parte del exilio, levantar las sanciones sin cambios políticos en la isla sería interpretado como una concesión o una derrota. Mientras tanto, el informe de la FIU subraya que el «daño colateral» de estas políticas es parcialmente mitigado por el apoyo familiar a través de remesas y viajes.

Las nuevas olas migratorias y el futuro del exilio

El estudio también evidencia un cambio generacional y migratorio en las opiniones. Son los cubanos llegados a partir de 1995, y especialmente en la última década, quienes más viajan y más dinero envían a la isla. Sus vínculos con Cuba son más recientes y directos.

Esta nueva demografía parece estar influyendo en las tendencias políticas. El apoyo al embargo ha disminuido 9 puntos en solo dos años, pasando del 64% en la encuesta de 2022 al 55% actual. Esta caída sugiere que, a medida que llegan más cubanos con una perspectiva fresca sobre la realidad de la isla, el pragmatismo de ayudar a la familia gana terreno a la rigidez ideológica. La comunidad cubanoamericana se muestra, así, como un mosaico diverso y en plena evolución.

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