La serie televisiva cubana La Botija: un drama social que marcó una época
La Botija es una serie de televisión cubana que marcó un antes y un después en la dramaturgia de la isla. Fue dirigida por Danilo Lejardi y producida por los Estudios Granma en 1990. Constó de 21 capítulos que se emitieron por la televisión nacional Cubavisión.
La serie ha vuelto a ser emitida en la televisión cubana desde finales del 2023 a través del canal Cubavisión. Esta retransmisión, incluso tres décadas después de su primera emisión, continúa generando un amplio debate en torno a los estándares de calidad cinematográfica y televisiva en Cuba.
Argumento: la dura infancia de un huérfano
La Botija narra la vida de Teo, un niño huérfano que es separado de su madre, una mujer de conducta reprochable que se ve forzada a enviarlo con su abuela. Allí su tío lo maltrata y lo obliga a realizar trabajos forzados en el campo desde muy pequeño.
Harto de los constantes abusos físicos y psicológicos, Teo finalmente huye de ese infierno y se topa por azar con un solitario gallego que, conmovido por su situación, decide acogerlo como a un hijo. El hombre le brinda el cariño y los cuidados que el niño nunca tuvo, por lo que Teo llega a quererlo profundamente como al padre que nunca conoció.
Cuando el gallego fallece, le hereda a Teo su posesión más preciada: una botija llena de dinero, que se convertirá en una pesada carga moral para el muchacho.
Una producción ambiciosa que marcó pautas en la TV cubana
La Botija supuso un salto cualitativo en las producciones televisivas cubanas de la época. Fue concebida y filmada como si se tratara de una película, con gran rigor artístico y técnico.
Los hijos del mandatario cubano y su incursión en la música pop-rockLa mayor parte de las escenas se rodaron en locaciones naturales de la Sierra Maestra, lo cual le otorgó un aspecto más cinematográfico.
Cada especialista aportó su talento para elevar la calidad del producto final. La impecable fotografía estuvo a cargo de Ángel Alderete, todo un veterano del cine cubano. La dirección de arte recayó en Derubín Jacome y la creación de la banda sonora en el compositor Donato Poveda, uno de los cantautores más populares del momento.
Otros colaboradores clave fueron Omar Hechavarría en sonido, Onelio Larralde en escenografía y ambientación y Diana Fernández en el diseño de vestuario.
Un elenco de figuras consagradas y jóvenes promesas
El reparto de La Botija combinó actores de prestigio y larga trayectoria como Miguel Gutiérrez, Luisa María Jiménez y Luis Alberto García, con jóvenes valores que luego serían figuras destacadas de la televisión cubana, como Vladimir Cruz, Isabel Santos y Jacqueline Arenal.
La participación de Darío Fernández, un niño de 8 años que asumió el personaje de Teo en su infancia, fue especialmente celebrada por la crítica y le valió un premio especial de actuación.
Otros intérpretes que tuvieron papeles relevantes fueron Raúl Eguren, Patricio Wood y Andrés Cortina. También hubo breves pero contundentes apariciones de Mario Balmaseda y Herminia Sánchez.
Solidaridad en acción: ayuda urgente llega al músico cubano Changuito, ex Van VanReconocimientos a su calidad
La crítica especializada elogió La Botija por su fotografía, arte, vestuario y música. En el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano ganó los premios Coral en esas categorías.
También obtuvo lauros como mejor serie, dirección, fotografía y otros rubros en los premios Caracol de la UNEAC. Isabel Santos y Miguel Gutiérrez fueron distinguidos por sus actuaciones protagonistas.
Luisa María Jiménez y el pequeño Darío Fernández también recibieron importantes reconocimientos a sus trabajos por parte de la crítica cubana.
Un título recordado con cariño
Aunque han pasado más de 30 años desde su estreno, La Botija permanece en la memoria colectiva de los cubanos como una de sus series nacionales favoritas de todos los tiempos.
Quienes participaron en ella lo recuerdan como un hito en sus carreras que marcó sus vidas para siempre. Muchos de los actores protagonistas se emocionan al rememorar las vivencias compartidas durante el rodaje.
Para el público sigue siendo una producción entrañable, que retrató crudamente las injusticias sociales desde la perspectiva de un niño inocente. Sin dudas, este drama social marcó toda una época en la televisión de la isla.
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