Reparto Biltmore, actual barrio Siboney en La Habana, la Cuba de los ricos y poderosos
Con el triunfo de la revolución en 1959, numerosos repartos lujosos de La Habana, muchos de ellos con nombres de origen inglés, adoptaron denominaciones indígenas u otras de carácter nacional.
Es el caso del Biltmore, ubicado en el municipio Playa, que fue rebautizado como el reparto Siboney.
En este reparto, que antes albergaba a familias acaudaladas, las opulentas residencias se convirtieron inicialmente en albergues para becarios por parte del gobierno revolucionario.
Se produjeron casos aislados en los que algunas de las viviendas expropiadas a sus dueños originales fueron entregadas a familias de bajos recursos, sin embargo, esto no se trató de una política generalizada ya que nunca se realizó una distribución masiva de estas mansiones a la población.
Resulta asombroso que algunas familias, que antes apenas tenían un techo para resguardarse, se vieron de pronto habitando estas espléndidas mansiones. Estas viviendas contaban con completas instalaciones, incluyendo piscinas, garajes y jardines bien cuidados.
Este idilio resultó ser de corta duración. No pasó mucho tiempo antes de que se volviera patente que los nuevos habitantes no tenían los recursos necesarios para el mantenimiento de estas vastas propiedades.
Las piscinas, antes repletas de agua cristalina, se transformaron en estanques para la cría de jicoteas y en focos de reproducción de mosquitos. Las grietas y desperfectos que surgían en las estructuras dejaron de ser reparadas, y la descamación de la pintura se convirtió en una marca visible del avance implacable del tiempo.
El gobierno optó por entregar las mansiones en decadencia a los que pudieran ofrecer más.
Este barrio fue adoptado por miembros de la nueva clase comunista, incluyendo al difunto Comandante Bernabé Ordaz, que tuvieron a su disposición los recursos ilimitados del Estado.
Entre estas residencias, algunas se convirtieron en hogares para diplomáticos, mientras que otras se convirtieron en hogares de importantes funcionarios gubernamentales.
No sólo los políticos y militares encontraron hogar aquí, sino también una gama selecta de músicos y empresarios acaudalados, que forman parte de la “elite revolucionaria”.
Hoy en día, Siboney solo retiene el nombre indígena que le otorgó la revolución, pues los becados y los humildes ya no existen; la composición social de sus residentes ha cambiado drásticamente.
A pesar de las diferencias de época, Siboney ha recuperado su exclusividad, al igual que en los días en que se conocía como Biltmore. El barrio, en sí mismo, es una muestra clara de las diferencias “de clase” a lo interno de la “igualitaria” revolución cubana.
La historia del reparto Biltmore
El 8 de septiembre de 1944 se dio luz verde a la urbanización del sector Biltmore, que sería el último vecindario de importancia destinado a la alta burguesía cubana que se desarrolló tras la Segunda Guerra Mundial. Al igual que su vecino, el Country Club, fue construido y urbanizado por estadounidenses que vivían en Cuba.
La urbanización y construcción de este reparto fueron obra de John McEntee Bowman y Charles Flynn.
Bowman, figura preeminente de la industria hotelera en la década de 1920 y a la cabeza de la cadena de hoteles más grande del mundo, mantuvo una asociación con el magnate Frank Steinhart.
Ambos eran copropietarios del hotel Sevilla Biltmore y compartían intereses en el Jockey Club, en el mundo de las carreras de caballos y en el Casino Nacional. Durante años, gestionaron las carreras de caballos en el Oriental Park de Marianao bajo un contrato de alquiler.
En el reparto, se habían construido un total de 194 viviendas hasta el año 1954, y se estaban poniendo en marcha medidas para fomentar un nuevo auge en la zona.
El arquitecto Nicolás Arroyo, quien ejercía como Ministro de Obras Públicas durante el último gobierno de Fulgencio Batista, emprendió la expansión de la 5ta Avenida. Además, el Acueducto de Marianao adquirió la finca El Naranjo con nuevos manantiales, y a partir de 1956 se introdujo un nuevo sistema para la rotulación de las calles.
Todas las residencias construidas en el reparto contaban con extensos jardines y piscinas, y se situaban a lo largo de amplias avenidas. Este diseño refleja un estilo moderno y cuidado en la planificación de la zona.
Además, Biltmore, por su exclusividad, disponía de su propia fuerza policial que realizaba patrullajes en coche y moto, contaba con los servicios de la agencia de seguridad Pan American Protective Service y mantenía una coordinación constante con la estación de la Guardia Rural en Jaimanitas.
El reparto estaba en propiedad de la firma Alberto G. Mendoza e Hijos, cuya sede se ubicaba en Amargura No. 205, La Habana.
Esta firma era dirigida por Alberto Mendoza Freyre de Andrade, conocido por su rol como director del Bufete Mendoza, ex presidente del Habana Biltmore Yacht Club, y miembro prominente de una de las siete ramas de la familia Mendoza, hermano de Luis, Mario y Néstor.
Biltmore se convierte en el actual Siboney
Sin embargo, el panorama cambió de manera drástica con la llegada de la Revolución Cubana.
Frente a las medidas radicales implementadas por el nuevo gobierno, los residentes del reparto se vieron obligados a abandonar el país en su gran mayoría.
Tras estos sucesos, el moderno reparto, conocido por su lujoso diseño, adoptó un nuevo nombre: Siboney.
En los primeros años de la Revolución, algunas de las grandiosas mansiones del reparto Biltmore se transformaron en albergues para estudiantes becados de otras provincias que estudiaban en La Habana. Sin embargo, esta práctica se fue desvaneciendo a medida que el país se institucionalizaba. Desde entonces, la mayoría de las viviendas del reparto se convirtieron en residencias de diplomáticos y líderes del país.
Hoy en día, continúa siendo el reparto residencial más exclusivo de Cuba.
El precio de las viviendas en el reparto Siboney
Situado en el municipio Playa de La Habana, el residencial Siboney vuelve a ser, como lo era antes de 1959, hogar de los «nuevos ricos» del país.
Famoso por ser el distrito más lujoso de Cuba, las propiedades del antiguo Country Club Park se han puesto en venta por sumas que oscilan entre los 300.000 y más de 1 millón de dólares o euros.
La actualidad presenta una tendencia interesante: muchos de los nuevos ricos del país han decidido establecerse en Siboney, una meta fuera del alcance del ciudadano promedio en Cuba, no solo por los costos prohibitivos.
Este barrio es reconocido como una Zona Congelada, una clasificación que prohíbe la venta de propiedades y permite solo, luego de atravesar un enmarañado proceso burocrático, intercambios hacia otras Zonas Congeladas similares, un ejemplo de ello es el residencial Kohly.
Cuando Fidel Castro asumió el poder, la mayoría de los habitantes del Country Club Park dejaron el país, con la esperanza de regresar en un corto periodo de tiempo, una vez que el gobierno revolucionario fuera derrocado. Ante esta situación, el nuevo régimen cubano transformó muchas de estas mansiones en escuelas y residencias para estudiantes becados de todo el país.
Con este movimiento, el gobierno intentaba prevenir que las viviendas fueran ocupadas por otros cubanos, tarea que se encargaría de gestionar el propio gobierno una vez finalizado el programa de becas.
Así, a mediados de los años 70 del siglo pasado, las mansiones de Siboney comenzaron a ser asignadas a funcionarios y profesionales de interés para el gobierno.
A medida que pasaba el tiempo, la residencia más lujosa de Cuba fue ocupada por altos cargos militares y líderes, artistas destacados y algún que otro “hijo de papá”, como se le conoce en Cuba a los descendientes de la generación histórica que hizo la revolución.
¿Dónde vive Miguel Díaz-Canel?
Este elegante distrito habanero acoge a individuos adinerados, miembros de la alta sociedad política y de la élite militar cubana.
Debemos reconocer que Siboney es una delicia de barrio para habitar. Lleno de hermosos jardines, numerosos árboles y en un entorno tranquilo. Es posiblemente el único lugar de Cuba donde alguien podría encontrar ardillas en libertad, además de ser común el sonido de bandadas de cotorras que residen en el área.
El gobierno cubano ha desarrollado una subsección conocida como Cubanacán dentro del antiguo Biltmore. Aquí residen figuras gubernamentales destacadas como el propio presidente del país, Miguel Díaz-Canel.
A pesar de ser el menos cubano de los barrios de Cuba, Siboney es el hogar del presidente del país.
Díaz-Canel, quien reside frente a la Avenida 146, tiene como vecinos a los embajadores de Alemania e Irak.
La empresa estatal Palco es la encargada de administrar la mayoría de las propiedades que quedaron vacantes en lo que era Biltmore tras el triunfo de la revolución en 1959.
El sitio también alberga residencias de diplomáticos extranjeros. La mayoría de estos habitan en palacetes o antiguas mansiones en excelente estado.
