Díaz-Canel augura más penurias en la maltrecha sanidad pública cubana
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha admitido sin ambages que la grave crisis que azota al otrora prestigioso sistema de salud pública de la isla continuará en los próximos tiempos, sin visos de una solución inminente.
En una reunión con altos cargos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el mandatario reconoció abiertamente que persistirá el desabastecimiento crónico de medicamentos e insumos médicos que tiene sumida a la población en una auténtica emergencia sanitaria.
Escasez endémica de fármacos básicos
Díaz-Canel señaló que, dado el déficit de insumos y medicamentos, lo más importante que pueden ofrecer a la población en estos tiempos difíciles es la calidad de los servicios.
Aceptó que las deficiencias continuarán, incluyendo la falta de medicamentos esenciales, lo cual confirma el serio déficit que Cuba enfrenta desde 2020 en cuanto al acceso a estos productos fundamentales.
Según datos oficiales, en julio de 2023 se encontraban en falta un total de 251 de los fármacos que se fabrican en la isla, lo que representa un alarmante 40% de los contemplados como imprescindibles en el programa de medicamentos básicos.
La situación ha provocado que productos fundamentales como la azitromicina, el metronidazol, el cotrimoxazol o la amoxicilina brillen por su ausencia en numerosas farmacias del país.
¡ÚLTIMO MINUTO! Importante cambio facilita la obtención de la nacionalidad española por Ley de Memoria DemocráticaA esto se suma la irregular distribución de algunos medicamentos como el enalapril para la hipertensión, que sufre frecuentes desabastecimientos en numerosas regiones, dejando a muchos pacientes crónicos sin poder acceder a un tratamiento vital.
Precariedad generalizada e infraestructuras deficientes
Pero el colapso sanitario que admite Díaz-Canel no se limita al desabastecimiento crónico de medicamentos.
Los cubanos se quejan cada vez más de la deficiente atención médica, con hospitales en un estado verdaderamente calamitoso y carencias generalizadas en recursos básicos como material sanitario, instrumental y equipamiento, tanto médico como tecnológico.
A la falta de insumos se suman las deplorables infraestructuras, con centros de salud con instalaciones deterioradas, obsoletas y en ocasiones prácticamente inhabitables. Así lo denuncian los propios pacientes, que deben hacer frente a largos tiempos de espera y unas condiciones de atención que distan mucho de los estándares mínimos exigibles.
La situación ha llevado en los últimos meses a grupos de madres de niños enfermos graves a manifestarse y protestar desesperadamente a las puertas del propio MINSAP en La Habana.
Entre gritos y consignas, las mujeres exigieron mejoras urgentes, visas humanitarias para poder recibir tratamiento médico en el extranjero y el fin del “comunismo” y la “dictadura” en Cuba, en un grito desesperado ante las penurias que sufren ellas y sus hijos enfermos.
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En su intervención, Díaz-Canel también reconoció la existencia de “tendencias negativas” que están erosionando aún más al maltrecho sistema de salud cubano, como la venta ilegal de servicios médicos y el lucrativo tráfico de medicamentos en el mercado negro.
Unas prácticas que el gobernante calificó sin reparos como expresión de la corrupción en el seno del sector sanitario.
Asimismo, el mandatario admitió que existen “distorsiones” y “falta de sensibilidad” a la hora de atender las necesidades y problemas de la población por parte de algunos profesionales. Una confesión que apunta a la desmotivación y dejadez que podría estar cundiendo entre el personal sanitario ante las penurias que deben afrontar.
Díaz-Canel instó a “combatir enérgicamente” estas lacras enquistadas, en un intento por desviar el foco de la crítica situación estructural que atraviesa el sistema público de salud bajo su mandato.
Promesas de soluciones a largo plazo
Ante la magnitud de las múltiples dificultades que asfixian a la sanidad cubana, Díaz-Canel avanzó algunas medidas y estrategias que, sin embargo, apuntan más bien al medio y largo plazo.
El mandatario apostó por aplicar la “informatización de los procesos”, la implantación de nuevas tecnologías y una mayor apuesta por la “innovación y la ciencia” en el sector. No obstante, muchas de estas soluciones aún están en una fase muy preliminar y su materialización efectiva tendrá que esperar según reconoció el propio Díaz-Canel.
Cuba: extienden con límites la exención arancelaria de medicinas, aseo y alimentosEn cuanto al reajuste de los servicios sanitarios a las nuevas realidades demográficas de una Cuba sumida en un grave envejecimiento poblacional, el gobernante también prometió un replanteamiento de la oferta asistencial. Con un 22,3% de los cubanos con 60 años o más, el mandatario abogó por “dar respuesta a la dinámica demográfica” con servicios específicos a este creciente grupo poblacional.
Sin embargo, más allá de estos planteamientos a futuro, lo cierto es que en el corto plazo Díaz-Canel augura que las penurias persistirán sin aparentes visos de una solución inminente. “Vamos a seguir con carencias de medicamentos”, advirtió con crudeza.
Un derecho básico en entredicho
Sus palabras inciden en la grave crisis que atraviesa un sistema público de salud que antaño fue la joya de la corona del Gobierno cubano y uno de sus principales emblemas revolucionarios y vitrinas que mostrar ante el mundo.
Un modelo que ofrecía una atención universal y totalmente gratuita, permitiendo a la isla caribeña presumir durante años de indicadores sanitarios muy por encima de los de numerosos países desarrollados.
Pero hoy, esos logros históricos que enarbolaba sobre todo el difunto Fidel Castro han quedado en entredicho.
Con hospitales ruinosos, desabastecimiento crónico de medicinas básicas y un deterioro generalizado de la calidad asistencial, el derecho fundamental a la salud pública ha dejado de estar garantizado para la inmensa mayoría de los cubanos.
Actualización sobre el caso de Amanda: la niña lucha y mejora de saludY mientras el Gobierno insiste en responsabilizar al bloqueo estadounidense de todos los males, lo cierto es que la sanidad cubana lleva años sumida en una espiral de degradación y dejadez, agravada por la corrupción, el éxodo masivo de profesionales y la falta de inversión real para revertir el ocaso.
En este contexto de colapso sanitario, las amargas confesiones de Díaz-Canel sobre la persistencia del desabastecimiento y la incapacidad para revertir a corto plazo la situación, augura más penurias para una población cubana cuyo acceso a un servicio público de salud básico y de calidad pende hoy de un hilo.